Llegado el martes anterior al Miércoles de Ceniza los chavales que tenían aproximadamente de 8 a 14 años celebrábamos lo que llamábamos “la chiborra”
Dos de nosotros por turno se disfrazaban, uno de chiborro (hombre) y otro de chiborra (mujer).Hay que reconocer que para el papel de chiborra había muchos menos voluntarios que para el de chiborro, con lo que había que echar a suertes para asignar los papeles entre los dos que cada año tocaba.
El chiborro solía llevar un látigo o una cachaba grande y colgado en bandolera un collar con esquilas que advertían de su presencia. Las ropas eran grandes y las de la mujer solían ser especialmente coloridas y llamativas.
El chiborro solía llevar un látigo o una cachaba grande y colgado en bandolera un collar con esquilas que advertían de su presencia. Las ropas eran grandes y las de la mujer solían ser especialmente coloridas y llamativas.
Estos iban solos armando bulla y llamando la atención y detrás, a distancia iba el resto de los chavales, con barba y bigote pintados con carbón o tizones y con ropas viejas y rotas. Su misión era pedir por las casas a la voz de “antruido en casa”, algo de comida y dinero. Llevábamos cestas para guardar lo que nos daban que solía ser patatas, huevos, tocino y algún chorizo además de algo de dinero. Aquí recuerdo que algunos aprovechaban para deshacerse del tocino que ya no iban a comer por estar algo “rancio”. Después en la casa que tocaba (santa mujer) hacíamos recuento de todo. La madre en cuestión nos preparaba la merienda con lo conseguido y con el dinero solíamos comprar bebida (las famosas “oranges”)
También se solía hacer durante la merienda alguna pequeña broma a los que participaban por primera vez (que cantaran, contaran chistes, etc.)
CARMELO,LUIS
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