sábado, 31 de diciembre de 2022

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Programación Navidad








                                                                                      









 

jueves, 1 de diciembre de 2022

Cumpleaños Diciembre 22

  FELICIDADES  PARA




JESÚS MARI (LUISA)JUANMA (JUAN), IVÁN (SUSANA), 


ALFREDO  E IRENE (PADRE E HIJA), ESTELA (SIÓN), KOLDO (NIETO FELISA),


EMILIO (ROSINA), EMILIA (FLORENCIO), JAVI (RAQUEL),

M.ª JOSE, ANDREA(HIJA Y NIETA NISIA) , RAFA Y LUIS(HIJO Y NIETO TEOFILA) 

EUGENIA Y DIEGO (ABUELA Y NIETO),
 FELIPE VEGAS 


RAQUEL(JOSE MARIA),  ITZIAR (FRANCISCO),




Y PARA TODOS LOS QUE CUMPLAN AÑOS  ESTE MES.

Si conocéis a alguien que cumpla  años este mes podéis  felicitarlo dejando un comentario, decid  su nombre y lo pondremos
 aquí. Entre todos podremos completar la lista.




lunes, 28 de noviembre de 2022

Necrológica

 








Nuestro mas sentido pésame para sus hermanos  Rosina ,Emilio ,Lucilo y el resto de su familia.

D.E.P.










martes, 22 de noviembre de 2022

Spoiler

 

El artículo de opinión de Javier Terán  que publicará el "Diario Palentino" este miércoles 23 de noviembre, irá  dedicado a nuestras fiestas de San Andres. 



¡¡¡ No os lo perdais !!!




 

 




sábado, 19 de noviembre de 2022

Boda civil

   

 Nuevamente unos novios eligen el Ayuntamiento de Quintanilla como lugar para celebrar su boda civil.


          Nuestra enhorabuena para ellos y nuestro deseo de que sean muy felices.












miércoles, 2 de noviembre de 2022

Halloween 2022

 Hemos tenido la suerte de tener niños en Quintanilla celebrando Halloween.

Ante la controversia de si aceptar nuevas tradiciones o no ,la cara de ilusión y las sonrisas de los niños que se contagian a los adultos hacen que lo tengamos claro: nos unimos a esa ilusión.









martes, 1 de noviembre de 2022

Cumpleaños Noviembre 2022

  

FELICIDADES  PARA


 NISIA (PEDRO), RODRIGO (MARIBEL),  ROBERTO Y DARÍO(EMILIA ),

JAVI (ROSINA), DAVID (SUIZO), ÁLVAR (CARMELO). ANDRES (NEA), 

ANDRES (MAURINO), MAITE (CARLOS),  ALBERTO (EVA),

CARLOS (ABEL), IRA (ROSARIO). CONCHI (Conrado),SOFIA (LAURA)

AGUSTÍN(BENJAMÍN).LEONCIO,CHEMA Y ANA(ABUELO ,HIJO Y NIETA),

LUCÍA (OSCAR), ALBERTO (JOSE MARIA),


Y PARA TODOS LOS QUE CUMPLAN AÑOS  ESTE MES.

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viernes, 28 de octubre de 2022

Día de Todos los Santos

 


El próximo martes  1 de Noviembre, día de Todos los Santos tendremos misa en Quintanilla a las 11 de la mañana,  posteriormente nos reuniremos en el cementerio, todos los que lo deseéis, donde rezaremos todos juntos   una oración para recordar a   los que nos han dejado pero siguen vivos en nuestros corazones. 

 

 

Seguir adelante
Puedes llorar porque se ha ido o reír porque ha vivido
Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado
Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver o puede estar lleno del amor que compartiste
Puedes llorar cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda o puedes hacer lo que le gustaría a esa persona: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir adelante.




miércoles, 19 de octubre de 2022

Día internacional lucha cáncer de mama

 





Una detección temprana aumenta las posibilidades de cura. 

¡¡¡Cuídate!!!


Para todas aquellas valientes que siguen luchando por la vida 

¡¡¡Animo!!!





sábado, 1 de octubre de 2022

CUMPLEAÑOS OCTUBRE 2022

 FELICIDADES  PARA



GERMÁN,  MÓNICA (RAMÓN), JUANJO (NEA), 

ÁLVARO,      BLANQUI, RODRIGO (FERNANDO),

ROBERTO Y PEDRO (NISIA), FLOREN (LUZ), PILI (FLOREN),

LAURA (SUIZA), ESPE Y JESUS  ANGEL (MADRE E HIJO),

MAITANE (CASETA), LUISMARI (FELISA), UPE (JESUSA).

ALEJANDRO (CASETA), LAURA(SANTANDER),

CELIA ELENA (NIETA VIRGILIA)DIEGO(EMILIO),JESUS(ROSARIO)

IRENE (RAUL),  RITA (FLORENCIA).ROSITA (ANTONIO),

ALBA (NIETA ISIDORA).MARTA (CLARAMARI).


Y PARA TODOS LOS QUE CUMPLAN AÑOS  ESTE MES.
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miércoles, 14 de septiembre de 2022

Necrológica

 


Siempre es duro escribir una necrológica pero mucho mas hoy que tenemos que despedir a Merce (Mercedes del Río Cófreces). Una luchadora que amaba la vida , la disfrutaba y que el maldito cáncer nos ha arrebatado.

Aunque vivía en Bilbao amaba nuestra tierra allí participaba en un grupo de danzas Castellanas y al pueblo venia con Tino siempre que podían.

Participó desde el principio en la organización de las fiestas, siempre mirando donde ayudar. Incluso este agosto, ya desde el hospital nos mandaba mensajes preocupándose. Por supuesto las disfrutaba. Siempre será nuestra campeona de las tortillas. Participaba en todas las actividades, pero también era la primera en ofrecerse a limpiar o recoger.

Amante de su familia, siempre pendiente de su madre, sus tíos, sus hijos … siempre con optimismo y ánimo.

Merche te echaremos mucho de menos, nos dejas un gran vacío.

Descansa en paz.

Un cariñoso abrazo para Tino, Sergio y Diego

También para Eugenia, su madre y sus hermanos Luis Ángel y Vicente.




jueves, 1 de septiembre de 2022

CUMPLEAÑOS Septiembre 22

  FELICIDADES   PARA


MARTA (Abel), JOSE Mª (Estela), AZUCENA  (Nieta Pilar),
  
FIDEL,LAURA (Padre e hija,), , MAENA y QUIQUE (Desiderio)  

CELIA(JoseMª), ROBERTO(Espe). ABILIA(Señor Goyo) 

JESÚS(Vino Aquilino),JOSE LUIS y NISIA(HIJO Y MADRE), 

ROCIO(JESUS), ANAMARI (ESTER),CARMEN(Fino)

 HERI  (CONSUELO) , CLAUDIA(MAURINO)


Y PARA TODOS LOS QUE CUMPLAN AÑOS  ESTE MES.

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viernes, 26 de agosto de 2022

jueves, 25 de agosto de 2022

Dejando testigo de Quintanila de Onsoña en Egipto




II Concurso microrrelatos.(IV)

                                             MINA DE ESPERANZAS

Seguramente, sea aquel el lugar más terrible donde he estado: la mina de carbón. No lo pongo en duda ahora que lo pienso mejor, sino que lo afirmo, ha sido el lugar más terrible en el que he estado. En el municipio de Velilla del Río Carrión hay 2 minas y por desgracia tuve que trabajar en ellas durante más de 25 años, el peor ambiente de mi vida. Con lo que me gustaba salir al campo a pasear, tan fresco y limpio, y luego me metía en una cueva oscura sucia y con un ambiente lleno de enfermedades. Podía haber perfectamente un accidente al mes, y por no hablar de las terribles enfermedades que podías coger yendo ahí, un aire muy contaminado y lleno de virus respiratorios, como el coronavirus ese, que ahora está por toda España. Bueno y peor que eso, podías morir en pocas semanas como no te atendieran bien y como antes no tenían los mismos recursos pues… 

Menos mal que me trasladaron cuando ya era un hombre al ferrocarril, a cargar y descargar el carbón. Toda la mañana hacíamos el recorrido de la mina a Ponferrada y fue allí cuando me di cuenta de lo que hemos estropeado el planeta, viendo la central de Carbón echando humo por las chimeneas. ¡Todo el día echando humo, toda la semana, todo el mes y todo el año! Yo estaba muy agradecido por varias cosas: de tener un trabajo y poder alimentar a mis hijos, de no haber muerto por una de esas terribles enfermedades de la mina y de vivir en el pueblo donde vivía, poco tocado por la contaminación del aire que yo veía en Ponferrada. Mi trabajo, nunca me arrepentiré de haber trabajado ahí, me enseño más de lo que podáis creer. 

 Fue allí en el ferrocarril donde aprendí que podía contribuir a tener un mundo más verde y pensando en limpio. Ese trabajo me enseño lo mucho que vale nuestro planeta, no hay otro igual y tenemos que cuidarlo y pensar por el siempre que podamos 

 Nicolás Fernández Calle 




LOS RECUERDOS, EL TIEMPO, LA VIDA 

Ah, los recuerdos. Recordar, el recuerdo es el hilo que construye la tela de araña, tela que sujeta la vida.

 De niños todo es futuro, el presente se escapa, el pasado no existe. Urgente, ágil, vivaz, iluso, ilusionado y feliz avanza la infancia y la juventud, sin apenas recuerdos.

 La madurez deja poso del recuerdo, la primera vez que... Aquella vez que... Se combina experiencia, éxito, fracaso, error, miedo, incertidumbre. Todo a la vez, sin orden, sin límite, sin conciencia de recuerdo ni de tiempo. La vida sucede, pasa y no hay tiempo para nada, ni para recordar siquiera. Solo importa vivir y disfrutar. Vivir con prisas. 

La senectud es el culmen, desaparece lo urgente, el tiempo se ralentiza y también el movimiento, los actos, las palabras. La vida se hace remanso, calma, paz, y afloran a borbotones los recuerdos. Toda la vida es puro recuerdo. Agolpados en la mente, cada momento vivido tiene un recuerdo que lo acompaña. Como envuelto en un film que resguarda cada experiencia. El recuerdo se asoma, se muestra transparente y nítido detrás del cristal que lo protege para no perderse. Pero a la vez tiene personalidad propia, es único, personal y subjetivo.

 La tela de araña que sujeta y forma la vida recoge también todos los recuerdos. Cuando la tela se rompe los recuerdos salen, quedan flotando en un medio inerte donde todos pueden asomarse sin recato y posar, sedimentar el otras telas de araña. Telas de araña que sujetan la vida, y la vida sucede, pasa. La vida sigue. 

FÉLIX RAÚL IBÁÑEZ FRANCO



Mi compañera de viaje 

Son las siete de la mañana, estoy montada en mi Kawasaki 1.200; conduciendo por una carretera secundaria de la costa gallega. Estoy sola, la carretera no es mala y el paisaje es espectacular, el mar, los acantilados, la vegetación, las rías altas son un regalo de la naturaleza. 

Me encanta acelerar, sentir la velocidad, mimetizarse con el paisaje como si fuera un halcón, a veces parece que vuelo. Mi moto, la naturaleza, la brisa y yo. Soy capaz de sentir el aire en mi cara aunque llevo el casco, me siento la dueña del mundo. Esa sensación de vértigo controlado, de descontrol comedido, de un poco de locura en el día a día que asfixia ...., es maravillosa. Lo hago de vez en cuando, pero siempre antes de que Ella llegue. 

He terminado el recorrido, aparco mi moto y llego a trabajar a mi oficina. María ya está delante del ordenador, buscando nuevos clientes. Abro el mío y empiezo a contestar los correos. Bueno, parece que no estoy del todo mal. ¡Ánimo! me digo, y me dirijo a la sala de reuniones. Presentamos un proyecto de publicidad y la empresa de perfumes está interesada, pero la propuesta no es suficiente. Mi jefe, cómo siempre, no ve el lado bueno de la propuesta, ni de la reunión; me plantea que hay que hacer mejoras, tan solo me deja 2 horas para enviar el nuevo trabajo, me presiona. Estoy muy cansada, llevamos una época de mucho trabajo y estrés. No me encuentro muy bien. Entonces, se aproxima, se acerca y lo empiezo a sentir. 

Cuando viene, todo cambia, los colores, los olores, el tacto y sobre todo la forma de pensar. Ella te coloca en el peor de los lugares y te empuja a los espacios de tu mente que no quieres habitar. Porque cuando llega, tu vida se pone patas arriba y tienes la sensación de que un tornado empieza a desmantelarlo todo. 

Sin embargo, cuando vas en moto y aceleras, al menos, la velocidad la controlas tú. Sientes que algo de tu vida depende de tí. Esa sensación, hace que me parezca que tengo un pilar anclado al centro de la tierra en medio de un terremoto. Me conecta conmigo misma. Me encanta. 

A veces se me olvida que hay algo en mi cabeza que en ocasiones no funciona del todo bien. A veces parece que todo es normal, pero surgen los problemas y entonces…Entonces,tu mirada se vuelve gris, borrosa, una niebla inunda tu mente, el estómago se te encoge cómo si te dieran un puñetazo, y duele, las piernas pesan y … el alma duele. Dicen que no duele el alma…Yo les digo, yo les grito, !sí, sí que duele!, y lo hace con tanta profundidad que no sabes de dónde viene; pero lo sientes en lo más profundo de tus entrañas. La gente no entiende lo que te pasa, no comprende por qué las cosas las ves de esa manera, por qué entras en bucle, por qué…, ¿por qué?. Te hacen preguntas y no puedes contestarlas, te quedas en blanco. Sólo has entrado en ese camino tan complicado que te abre la puerta a su mundo, la tristeza. Ella te lleva a lugares oscuros, pero la gente no entiende. Allí casi no puedes ni respirar, allí…., aquello es otro mundo desde el que es difícil volver, el tiempo se enlentece, la mirada se pierde, no existe el espacio, te desorientas en la nada…. Es el lugar donde uno no quiere ir; pero la vida te empuja y a veces, te arrastra. Controlar la mente no es fácil, y muchas veces… la gente no entiende…. tú estás enferma, pero la gente no entiende. 

Tan solo de vez en cuando alguien es capaz de escuchar, de acercarse a tu lugar, de intentar comprender sin juzgar, de estar justo a tu lado, de tenderte una mano y darte un abrazo, eso es lo único que te puede salvar, sin esto las pastillas y la psicoterapia, tampoco funcionan. Mi compañera María es de esas personas, soy afortunada. Las veces que me ha ocurrido, cuando poco a poco salgo de ese mundo de ficción real, lo primero que pienso es que volver con mi Kawasaki a ver el mar, a sentir la brisa, a respirar sin la losa en el pecho, siempre mi moto es un revulsivo para seguir adelante. 

Por eso, cuando estoy encima de ella sé que ha pasado una mala racha, sé que me he salvado de nuevo, tengo otra oportunidad.

 Susana Redondo Martín 




Un tesoro mal guardado

 Silencio llamó a la puerta principal.

 Ésta se abrió, perezosa. Los goznes tenían una música bronca. ¡Hacía tanto tiempo que no se movían!... El óxido se había convertido en su compañero, aferrado a ellos, no podía diferenciarse hasta donde llegaba uno y cuando empezaba el otro… 

Con idéntica parsimonia, apareció Rogelio, el casero. Un hombre flaco y cejijunto, que frunció el ceño al encontrarse allí con un desconocido, el cual, para mayor desgracia, se negaba a responder a sus preguntas. 

 ¿Qué desea? - le dijo- ¿Quién es usted? ¿Cómo ha venido hasta aquí? 

 Silencio, guardaba silencio…

 El casero, miraba fijamente, tratando de encontrar alguna respuesta a sus preguntas. 

 Pero, aquél desconocido, tenía una misión que cumplir, y no era precisamente la de hablar. ¡Por algo se llamaba Silencio! Necesitaba saber por qué Rogelio vivía solo en aquella casa tan grande. 

 Comenzó por observar todo su alrededor. Analizando cuanto estaba delante de sus ojos. 

 Poco a poco, fue adentrándose en la casa, con la misma naturalidad que lo hace quién ha sido invitado a pasar.

 Rogelio, no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo. 

 No es posible -decía-. Jamás nadie ha osado entrar en esta casa sin mi permiso. Pero, tampoco hacía nada por evitarlo. 

 Silencio, miró al frente. A lo lejos divisaba un enorme corredor, por sus paredes, se deslizaban madreselvas, haciendo arcos, y en el techo se observaban un sin fin de lámparas, enormes, propias de una gran mansión. Parecían palmeras dadas la vuelta.

 Esto le gustó a Silencio, nunca había visto nada igual. 

 Recorrió una a una las estancias de la casa. Todas estaban vacías. Por más que miró y miró, no pudo encontrar ser viviente alguno, que hiciese compañía a Rogelio. 

De pronto se detuvo. Estaba frente a la Biblioteca. Hizo ademán de pasar, pero… ahí se interpuso Rogelio…

 Deténgase -le increpó-. No le permito pasar, ese es mi tesoro, y no ha habido ni habrá nunca nadie que se atreva a tocarlo. ¡Le prohíbo que pase! -gritó

La biblioteca estaba repleta de libros, libros de todos los tamaños. No había tema que allí no pudiera encontrarse… pero… Rogelio, jamás pudo disfrutar de aquél tesoro, pues… no sabía leer. Por ello, si alguien, fuese quien fuese, se acercaba a la puerta de la biblioteca, (cosa infrecuente) hacía lo imposible por impedirle pasar. 

 Silencio se quedó perplejo y volviéndose hacia Rogelio, le miró por última vez, con un deseo imperioso de decirle: “no me extraña que todos te hayan abandonado”. Pero, haciendo honor a su nombre, se fue en silencio por donde había venido.

Mª Consuelo Relea Bores



Ganadores concurso

Menciones Honoríficas

Relatos (III)




miércoles, 24 de agosto de 2022

II Concurso microrrelatos.(III)

 DE SOL A SOL 

Todavía no suena la alarma, pero estoy despierto. La tenue luz que traspasa las contraventanas de la habitación me indica que es hora de ponerse en pie. Supongo que los años de rutina finalmente han dejado su huella en mí. Salgo de la cama espantando de un plumazo las quejas que mi cuerpo amontona y comienzo a funcionar. Me descubro vistiéndome sin ser consciente de cuándo he empezado a hacerlo y confirmo mis sospechas: el tiempo es amigo de la costumbre. Mientras la casa aún duerme, salgo de ella sabedor de que un día más, el campo amanece. En el ambiente la brisa húmeda sólo presente tras una noche de tormenta llena mis pulmones. Mi mente, que todavía juguetea con la pereza propia del que madruga, lucha por ordenar el quehacer de la jornada como quien monta un puzzle sin sus gafas de cerca. 

Al igual que la tierra no entiende de vacaciones, el sol no da treguas. Sus rayos, implacables y abrasadores, son tan necesarios para el futuro de la cosecha como la sombra y el reposo para que uno no sucumba a la temperatura. Aprieto el paso para aprovechar la amabilidad que por tiempo limitado me brinda el madrugar y subo a la máquina suspirando. El olor a sudor de la cabina impregnado en el asiento que diariamente carga con mi peso, me recuerda el esfuerzo y dedicación que supone este trabajo olvidado por muchos.

 Enciendo el motor y me dirijo hacia el destino de hoy. Por el camino, observo embelesado las solitarias gotas de lluvia que se resisten a evaporarse. Al paso de mi máquina algunas tintinean y desaparecen para siempre entre las grietas del suelo. Otras, las más duras, aguantan el embiste del temblor, regalándome una estampa que parece detenida en el tiempo. Desplazo la vista más allá, atisbando las extensas tierras que se han convertido en compañeras de vida. Maniobrando hacia ellas, mi voz interior me cuestiona, ladina, si hice bien en seguir los pasos de mi padre. 

Un fugaz recuerdo de él atraviesa mi realidad y, de nuevo, la punzada en el corazón al mirar de cerca el vacío que ha dejado. Saboreo con amargura la sensación de que su ausencia llegó quizás en nuestro mejor momento y me dejo hundir en las memorias. La dedicación, esfuerzo y trabajo que transmitía en cada decisión tomada. Su mirada, chispeante e ilusionada, cuando le acompañaba de niño en la cosecha del verano. La sonrisa, que se rebelaba valiente tras su rostro aplomado al hablar de las tierras ahora mías. 

Perdido en el encanto de estas ensoñaciones, la máquina realiza inmutable y flemática lo que antes hubiera supuesto días de manos versadas y desgastadas. El final del camino me saca del ensimismamiento, obligándome a girar y comenzar un nuevo trazado. Sólo el sutil movimiento de mi sombra se presenta como único testigo del paso del tiempo. Me fusiono con el gigante de hierro, capitaneándolo, mientras surcos infinitos en la tierra nacen a medida que avanzo. Antes de darme cuenta, una leve quemazón en la nuca llama mi atención, y levanto interrogante la cabeza hacia el sol, quien parece responderme en silencio que el momento de descansar brevemente ha llegado. 

 Me detengo para contemplar la vasta llanura que se prolonga frente a mí y todo lo que ella me ofrece: la libertad y el aire puro, la naturaleza, la satisfacción de ver crecer los frutos del empeño y la constancia…Porque definitivamente, en esto uno sabe cuándo empieza el día, pero no cuándo lo termina. Porque como decía mi padre, al llegar a casa parece que la ropa pesa más. Aun siendo de sol a sol, el cierzo despeja mis dudas eligiendo de nuevo el campo. 

ERIKA MARTÍNEZ ALONSO



El camino del molino

 Entre los diferentes caminos que surcan la vasta superficie del término municipal de Velillas del Duque, así como existe el camino por todos conocido como del río –muy transitado por vecinos y aficionados foráneos a la pesca-, existe también otro camino al que se le denomina del molino. Y que, lógicamente, si el primero nos conduce hasta el río Carrión, que por aquí pasa, el segundo lo hace hasta el molino existente en un cuérnago de este río, como testigo del pasado. 

 Y aunque, por ello, ya no estaba en funcionamiento, a los chavales de aquellos años nos gustaba, en nuestras correrías por el campo, acercarnos hasta él de vez en cuando. Y más desde que, estando en la escuela, alguna tarde la maestra nos llevase de paseo hasta él. Aprovechando este paseo como una clase práctica al aire libre, cargada, además, de la correspondiente didáctica de la naturaleza.

 Donde, además, y sobre el propio terreno, nos iría contando cómo funcionaba el molino y la gran utilidad que para la comarca tuvo en el pasado. Y que en él, situado en un paraje realmente lleno de encanto, en medio del brazo de río cuyas aguas le proporcionaban la fuerza motora para su funcionamiento, residiese durante aquellos años el molinero y su familia.

 Una vez aprendido todo esto, a nosotros los chavales lo que realmente nos gustaba era acercarnos de vez en cuando hasta el molino a nuestro aire, con paradas varias a lo largo del camino para entretenernos buscando nidos de pájaros y atentos también a si, de pronto, de entre las hierbas y maleza del camino surgía alguna culebra, a la que sí temíamos de alguna manera. Por eso, durante el recorrido solíamos ir provistos cada uno de nosotros de una vara o palo de una cierta longitud que nos protegiese en un primer momento ante algún peligro de este tipo.

 Una vez llegados al molino, al estar en desuso y abandonado a su suerte, habíamos descubierto ya un pequeño agujero en una de sus paredes laterales por el que poder colarnos al interior y deambular libremente por el mismo. Eso sí, yendo todos en grupo para mejor protegernos ante cualquier inconveniente del tipo que fuese; y es que habíamos leído en algún libro de la escuela alguna historia de fantasmas que habitan este tipo de edificios solitarios y abandonados. Y no sabíamos si en alguna de aquellas estancias del molino iba a aparecer de pronto alguna sorpresa así. 

 Recorridas ya todas la estancias de la casa, siempre nos sorprendía, no obstante, una de ellas, a la que no podíamos acceder porque se encontraba cerrada con un grueso candado, y nos entraba la curiosidad cada vez que pasábamos a su lado. Y hasta alguno de nosotros creía haber escuchado algún rumor o ruido extraño, que rápidamente atribuíamos al agua que circulaba bajo el propio molino. Aunque nos quedábamos siempre con la duda; quizás en la próxima ocasión…

 Una vez en el exterior, en una especie de pradera y a la sombra de un grupo de árboles, sentados sobre la hierba dábamos buena cuenta del bocadillo que nos habían preparado en casa, mientras a nuestros pies corrían mansamente las aguas claras y cantarinas del río una vez sobrepasado el molino, para juntarse algunos metros después con el cauce principal del Carrión. 

 Y nosotros, acabada aquella tarde de aventuras un tanto inconclusas, porque llevábamos aún en la mente la incógnita de lo que pudiera esconderse tras aquella puerta cerrada a cal y canto, emprendíamos el camino de regreso al pueblo, eso sí, sin olvidarnos de nuestras varas.

 Andando los años y con el auge que supuso la revitalización de la música folk de nuestra provincia, han salido a la luz viejas coplas y canciones populares con el molinero y la molinera como protagonistas, y sus amores y desamores aireados a los cuatro vientos. 

 Y nosotros, claro, al escucharlas cuando mayores, como referencia física teníamos siempre una muy concreta a la que llevar plásticamente esas aventuras y desventuras así cantadas: nuestro querido molino del pueblo. 

 José-Javier TERÁN DÍEZ 





EL MAR 

¿Qué te puedo contar del mar? Que es azul, inmenso, precioso, peligroso… Pensarás… para contar esto, mucho no hay que pensar y quizás nada nuevo te pueda contar, pero vamos a indagar e intentar ir más allá. 

Algunos sentimientos afloran cuando nos acercamos al mar, su olor ya nos hace emocionar, cuando lo divisamos no te puedes imaginar y el salitre en nuestra piel es bastante peculiar.

 Es un confesor o un psicólogo, más bien diría yo, sentados a su lado buscamos consuelo y paz, incluso parece detener el tiempo y, si cerramos los ojos, el relax ya es lo más. 

Como músico tiene un gran talento, con esa melodía agradable e interminable que nadie se cansa de escuchar, esto no es fácil de lograr. 

 Fue, es y será el modelo de todos los tiempos, junto a él todos queremos posar y en todas las fotos sale perfecto y, si es al atardecer, ya ni te cuento. 

Está en plena forma, no cesa su movimiento, un día suave, lento…y otro día brusco, tenso… Aun así, incansable en el tiempo. ¡Madre mía! ¿Cómo puede ser esto? Si nosotros, jugando con él, acabamos sin aliento. 

Para terminar, no puedo dejar de mencionar que es un romántico eterno, enamorado y atraído por la luna todo el tiempo, por ella siempre en movimiento, sin poder alcanzarla en ningún momento. 

Y ahora, ¿qué me dices?, ¿sabías tu todo esto?, ¿a que el mar es perfecto? 

Para todas aquellas personas en las que el mar despierta un sentimiento especial. 

 Rocío Gómez Tejerina 




EN LOS OJOS DE UN GATO 

 Bajé la pantalla del ordenador con un golpe seco y apoyé la cabeza sobre este. Cada día las jornadas laborales se volvían más pesadas y monótonas, y peor pagadas. Siendo una mujer soltera y sin capacidad para poder tener hijos no debería ser un problema, pero no me podía dar tantos caprichos como me gustaría. 

 Salí de las oficinas y cogí un taxi, ya que el coche estaba en el mecánico, y me encaminé a buscarlo. Al llegar, recibí una cálida bienvenida de Scott, mi amigo desde que tenía memoria. Él siempre había estado conmigo en las duras y en las maduras. 

 - Hola Rosa, siento mucho, ya sabes, lo que pasó. 

- Tranquilo, estoy poco a poco aprendiendo a vivir con ello.

 No volvimos a tocar el tema y me marché a casa satisfecha, sabiendo que mi coche funcionaba como lo hacía antaño. Al llegar, aparqué el coche y fui al jardín a regar unas flores que había plantado recientemente. Me transmitían la paz y serenidad que me faltaba después de aquello.

 De repente, escuché un ruido en los arbustos, me di la vuelta para ver un gato negro, con los ojos de un amarillo casi fluorescente. Me miraba como si estuviera diciéndome, te vi y sé lo que hiciste.

 Cogí una escoba que encontré en el cobertizo donde guardaba mis herramientas de jardinería y lo espanté, pero sabía que volvería, siempre lo hacía. 

 Entré en casa agotada, me hice un café bien cargado acompañado de una cena ligera y me metí en la cama esperando dormir aunque fuesen sólo un par de horas. 

 Me desperté a medianoche, como normalmente solía hacer cuando escuchaba aquellos extraños golpes en el baño. Siempre era lo mismo, simplemente cogía algo con lo que pudiera golpear e iba al baño. Pero lo único que encontraba era mi propio reflejo en el espejo sonriéndome con malicia, casi mofándose de mi. Parecía mi consciencia teniendo vida propia y arrastrándome a lo mas profundo de mi mente, donde recordaba cosas que preferiría olvidar.

 Nunca encontraba nada más, hasta aquella noche en la que abrí la puerta del baño y, como de costumbre, me miré al espejo. Pero esta vez vi nítidamente una figura de un señor con sombrero detrás mío, mirándome con aspecto aterrador. Antes de que pudiera echar a correr me cogió del brazo y me arrastró a lo más profundo de la oscuridad mientras mi reflejo se reía diciendo que la culpa era mía.

 Me desperté sobresaltada pero aliviada de que fuera un sueño. Aquel no era otro que mi marido, al que había matado y enterrado en el jardín años atrás, y plantado flores para encubrirlo. Aquel indeseado incidente que había terminado por desaparecer, y del que no había dejado ni rastro de culpa. 

 Me calmé sabiendo que nunca podría hacer nada más pero al darme la vuelta, asustada, me sorprendió volver a ver a ese gato en la ventana, mirándome con los ojos de mi difunto marido y preguntándome. ¿Porque lo hiciste?

Carla Estellés Salaza



La Luna 

La Luna espera acurrucada entre las sombras, la llegada de la noche. Al verla llegar su rostro se ilumina, su cara se llena de alegría, sus ojos brillan de emoción y empieza a moverse lenta y majestuosamente por el espacio, que la acoge en sus cálidos brazos.

 Al moverse en el universo observa el movimiento de las nubes, que a veces le envuelven en sus vestidos de algodón, en otros momentos juegan con ella a las adivinanzas. Dicen las nubes, ¿de qué color es esa montaña?, contesta la Luna, verde, responden las nubes, fallaste. Inténtalo de nuevo, imagina el color, inventa, fabula, da rienda suelta a tu fantasía. Replica otra vez la luna, el color de esta montaña es... púrpura azulado con tonos amarillos. ¡Acertaste!, ¡acertaste!, contestan alborozadas las nubes, y ríen a carcajadas cogiéndose de la mano y bailando una danza trepidante, que les hace olvidarse de penas y fatigas. 

 Viajando por el firmamento, unas veces volando, otras caminando lentamente, descubre aves que le acompañan en su camino, estas le hablan del largo viaje que realizan, hasta llegar a su destino a miles de kilómetros de distancia. Al otro lado del océano, en otras tierras que pisan otros hombres, le hablan de unos valles llenos de montañas donde el viento crea fantásticas melodías, que compiten con los rumores de torrentes que se deslizan montaña abajo, hasta desembocar en valles más profundos, llenos a su vez de alegres sonidos, acompañados de sus silenciosos momentos. 

 La Luna gira, gira, se desliza sigilosamente, espera que los sonidos pasen, que los silencios lleguen, que todo el mundo la mire, que surjan los colores, que el fuego la consuma, que todo se detenga... para disfrutar la vida, para vivir el tiempo. 

 29 de Enero de 2001 

 Agustín Relea Bores 


Ganadores concurso

Menciones honoríficas

Relatos (IV)