martes, 5 de abril de 2011

CURIOSIDADES DEL AYER CON LOS OJOS DE HOY

¿No os habéis parado a pensar por algún momento, en el montón de incongruencias o cosas sin sentido (para hablar pronto y claro), de las que fuimos testigos, incluso obligados a hacer y seguir a rajatabla, en aquellos años, en varias de las facetas de nuestras vidas.?
Y lo siento si parece una reiteración de los temas y lugares, pero la historia que quiero relatar sigue yendo de iglesias, será que la Semana Santa….
Lo cierto es que, visto con los ojos de ahora, me sigue llamando la atención el hecho de que al entrar en la iglesia, los primeros bancos (los más cercanos al altar) los ocuparan de manera obligada las mujeres (bueno y también los niños y niñas, los chavales y chavalas más pequeños, por aquello de estar más controlados, con la maestra o el maestro al frente para poner orden, en su caso).  Y luego en los últimos bancos, los hombres.  Y eran a estos bancos del final de la iglesia a donde aspirábamos a ponernos todos nosotros una vez avanzada nuestra edad y convertidos ya en los mozos del pueblo.
¡Ah, los mozos del pueblo!, los verdaderos “reyes” del pueblo: participaban en la preparación de las fiestas mayores, iban al baile y podían cortejar a las mozas, y mientras unos sacaban en andas al santo, otros volteaban las campanas (ya se sabe que no se puede estar al mismo tiempo en la procesión y repicando, según dice el refrán popular), se les permitía también ciertas libertades de horarios, salidas y todo eso.  Y eran también un ejemplo a seguir para nosotros los chavales, etc., etc. Así que nosotros, que los veíamos así de importantes para el pueblo, queríamos ser como ellos a toda costa, pero claro para estas cosas solamente, porque también queríamos seguir teniendo los privilegios de niño y chaval.  O sea, una mezcla de cosas que, evidentemente, solo era posible en nuestras mentes todavía demasiado infantiles…
O, ¿sería acaso que ya se vislumbraba un cierto inconformismo con todo aquello que nos rodeaba?. Claro, que tendrían que pasar todavía algunos años y algún que otro acontecimiento para que nuestros caminos comenzasen a definirse en uno u otro sentido.  Pero, vistos con los ojos de hoy, han pasado demasiado de prisa, no obstante.
                                                                                                          JAVIER

1 comentario:

Javier dijo...

Después de publicar algunas entradas en el blog y realizar un variado número de comentarios a otras entradas, os tengo que confesar un gran secreto, amigos del blog de Quintanilla. Y es que tengo que contaros, así en voz baja y como en una especie de susurro, que éste que ahora leéis, es un blog que me encanta. Y ya desde la primera vez que accedí en él y me topé con aquella famosa entrada que hablaba del “Antruído” en Quintanilla, y que comprobé que se asemejaba casi al cien por cien con la celebración de esa fiesta en Velillas, tengo que deciros que me quedé “enganchado” al mismo. Y así, no hay día que no me asome a sus entradas y comentarios, y unas cuantas veces al día, además.
Porque luego, en el progreso del mismo, la mayoría de las entradas de información y relatos que se colocan, son un fiel reflejo de lo que en muchos aspectos ocurría en Velillas, mi pueblo, en esas mismas situaciones. Así que me encuentro plenamente identificado con él.
Y ese era mi gran secreto, amigos de este blog de Quintanilla. Saludos. JAVIER