martes, 3 de mayo de 2011

“SOY DE QUINTANILLA”


La tierra donde nacemos forma parte de nuestra identidad más profunda, es una dimensión tan importante de nosotros mismos,  que sin ella no podemos comprendernos del todo a nosotros mismos. Negar u olvidar esa tierra es negarnos a nosotros mismos. Y esa tierra lleva el nombre de un pueblo,  en nuestro caso:   Quintanilla de Onsoña. Y ser de Quintanilla no es lo mismo que ser de Saldaña o ser de Villaproviano; es otra cosa distinta y mucho mejor; ¡no hay como Quintanilla!... cabeza de ayuntamiento …. y, ¿por qué no?, “capital de la Loma” si ningún otro pueblo se ha apropiado el título. Quintanilla es mucho más que una palabra en nuestros DNI. Quintanilla es algo que resuena siempre fuertemente dentro de nosotros como un eco que nunca se apaga por mucha distancia que la vida nos haya obligado a poner por medio. Decir “Soy de Quintanilla” es algo que nos es familiar, que nos suena muy bien y que nos gusta repetir cada vez que se presenta la ocasión. 

A los diez años fui a estudiar a Saldaña, y debo al conserje del instituto, que conocía a mi padre, el que todos me conocieran como  “el de Quintanilla”. Pertenezco a la generación a la que la vida obligó a salir del pueblo para buscar horizontes nuevos más allá de una cultura rural que tenía grandes valores, pero que no tenía capacidad para responder a los desafíos modernos y las aspiraciones e inquietudes nuestras y de nuestros padres. Respondiendo a mi vocación, me ha tocado vivir en otras partes de España y en otras partes del mundo en ambientes siempre internacionales donde ya era muy complicado explicar que era de Quintanilla, pero aún así lo intentaba. He sentido una emoción especial cuando en Perú he encontrado una familia amiga que se apellida Quintanilla. 

En mis vacaciones nunca me ha faltado la visita al pueblo, el paseo por sus calles, una vuelta por el río, saludar a la gente, recordar nombres y también motes, mirar hacia el monte, pasear por las eras, beber agua del caño, entrar en la casa donde nací, recordar la escuela, evocar las picias que hacíamos, contemplar la iglesia, sentir que ese lugar es el mío, mi parcela propia de naturaleza y de la historia de mi infancia… Siempre ha sido como conectar con mis orígenes, recuperar algo que se interrumpió repentinamente a una edad excesivamente temprana, satisfacer una añoranza profunda de aquellos años de la infancia, volver a encontrarme con los secretos que dejamos guardados en cada rincón del pueblo, e intentar comprender, con la madurez que dan los años, el sentido de mi infancia.

Ya os podéis imaginar cuanto valoro y agradezco iniciativas como la fiesta del verano y este blog dedicado a Quintanilla, y también otras más que habéis puesto en marchar los últimos años aunque no las pueda disfrutar por culpa de la distancia. Es la proclamación a los cuatro vientos de que Quintanilla sigue vivo, y nosotros con él;  es la demostración de que Quintanilla es capaz de organizarse y reinventarse a pesar de los difíciles tiempos que corren para los pequeños pueblos de los ambientes rurales.

Gracias por todo lo que seguís haciendo para que ser y sentirse de Quintanilla siga siendo motivo de satisfacción y orgullo.


Conrado




6 comentarios:

Upe dijo...

Gracias Conrrado por tu comentario.Te esperabamos, y ya llegaste.
Gracias por decir que, " Ser de quintanilla no es lo mismo que ser de otro pueblo " y es verdad, nosotros lo sentimos y vivimos así.
Gracias por valorar tanto las iniciativas del pueblo;tú tambien formas parte de ellas con tu presencia y colaboración.
Sólo se pretende que con la unión y ayuda de todos ( los del pueblo y los que de allí se sientan),poder animar y dinamizar un poco la vida de Quintanilla, en unos dias especiales.
Las fiestas del verano no serian igual sin ti.

Javier dijo...

Yo también conozco a alguien que se apellida Quintanilla, aquí en España, y la primera vez que lo supe y escuché este nombre, la mente se me fue indiscutiblemente hacia el pueblo de Quintanilla (aunque yo no sea de allí y sí de Velillas, entiendo que a estos dos pueblos nos ha unido y nos unen muchas cosas, muchas realidades, por lo que el nombre, al escucharlo, siempre me dirá mucho). Y a continuación, el pensamiento, se me traslada a este lugar físico por razones obvias. Eran tantos y tantos los puntos en común que nos unían en aquel entonces: Velillas-Quintanilla, Quintanilla-Velillas, que cómo no ponerlos en relación a la mínima oportunidad. Saludos. JAVIER.

raquel dijo...

Me ha emocionado esta aportación de Conrado porque la mayoría nos venmos identificados en ese sentimiento tan profundo que describe y que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra tierra; no en vano en nuestros orígenes se fundamenta nuestra vida.
Y es verdad que Quintanilla está ahora más viva, pero tenemos que seguir esforzándonos y ser cada vez más y más unidos para que todos incluso los niños y los jóvenes estén deseando, como ahora,volver.
Gracias a Conrado porque no todos los que se fueron han vuelto.

Consuelo dijo...

Gracias Conrado, por expresar tu sentimiento. El mismo que tenemos muchos, aunque algunos aún no lo han puesto aquí. Animaros los que no lo habéis hecho. ¡Hagamos de un gran pueblo, una gran familia!.

Concha dijo...

Somos muchos más los que pensamos de la misma manera aunque nos fuéramos del pueblo siendo muy niños y no hayamos vivido en él desde entonces.Lo importante es el sentimiento de pertenencia que aún conservamos.
También tengo que decir que gracias a la fiesta del verano y a internet, algunos antiguos amigos de la infancia hemos retomado una relación que la distancia nos impedía.
Un abrazo Concha

RITA dijo...

Gracias Conrado, por esas palabras tan emotivas. te habíamos hechado de menos, pero aquí estás.
Yo afortunadamente no me he ido del pueblo, pero me imagino lo que es estar lejos del lugar al que quieres, gracias tambien por ese apego que tienes al pueblo, ojalá hubiera muchos más como tú, y gracias por valorar lo que entre todos hacemos para que nuestro pueblo no se vaya muriendo poco a poco. Nosotros también te agradecemos tu colaboración. Tú también pones tu granito de arena, ojalá que granito a granito esto no se acabé y cada año volvamos una vez más a estar todos juntos.