LA MATANZA

         Después de varios meses de criar con esmero y dedicación al cerdo, llegaba el momento de que todos los kilos engordados y acumulados del cerdo, pasasen a estar disponibles en la despensa, para ser utilizados cuando se necesitasen. Se sacrificaba, Siempre lo hacia  alguien experto y con mucha practica para que fuese rápido .

Se recogía la sangre siempre removiendo para que  no se cuajara ya  que servía para las morcillas. Se le chamuscaba con paja para quitarle pelos y pezuñas, después se le raspaba todo para quitar restos de suciedad. Se le abría en canal, para sacar todas las vísceras, tripas, hígado, páncreas, corazón, pulmones, bazo..., se le lavaba y se le ponía a secar atado a una escalera, que se alzaba para apoyarla en la pared. Se lavaban las tripas, el intestino gordo se destina a las morcillas y el delgado a los chorizos. El lavado de tripas antes se hizo en el río y posteriormente en casa con  una manguera. Mientras se tomaban muestras de  hígado y lengua  que se llevaran al veterinario para que lo examine y de el visto bueno para el consumo .Las morcillas se hacen con: cebollas horcales (era necesario picar muchas), Aroz, sal, sangre, orégano, manteca y pimentón en conserva o picante, dependiendo de cómo las queramos, si que piquen o no.
Las morcillas las hacían las mujeres, mientras los hombres estazaban al cerdo, separando todas las partes, jamones, lomos, solomillos, costillas, tocino, panceta, espinazo, cabeza y resto de carne para los chorizos. Se picaba la carne destinada a los chorizos y se hacia la mezcla, dejandolo un día de reposo; al día siguiente se llenaban y se colgaban en unos varas gordas, se sacaban al aire para que cogiesen color y a esperar que el frío del invierno las curase bien,
Lomos, costillas y piezas se adobaban para posteriormente freírlas y meterlas en ollas con aceite, para conservarles casi todo el año. Los jamones se cubrían de sal y se les ponía un gran peso encima; luego se los untaba de pimentón y a curarse. Estaban buenísimos.
LOs solomillos se le llevaban al cura o al médico. ¿Os acordáis?
La cena  del día después de la matanza del cerdo era muy especial. Reunía a todos los familiares, amigos y vecinos junto a la mesa, en donde se comía productos  del cerdo. Era una gran fiesta para todos incluidos los niños que eran los que mas disfrutaban.