miércoles, 25 de marzo de 2020

Silencio...


Buenos días.

¿Qué tal? ¿Cómo os encontráis en estos momentos?

Bueno, la respuesta no es difícil imaginar. Seguro que preocupados…

La verdad es que todos estamos igual, amigos. Pero, a pesar de ello, no hemos de perder el ánimo, la esperanza, aunque sea difícil retener.

La primavera nos está esperando, con paciencia, y seguirá elaborando sus frutos, para que estén dispuestos cuando nosotros hayamos salido de este bache.

Adelante y un abrazo para todos.
                                                                               Mª Consuelo.
                                                                                                              
 (Al “hilo” de la actualidad, comparto con vosotros ese poema que compuse la semana pasada).


Silencio…            

Meditando. Un día de quietud, “estado de   ALARMA nacional” por el coronavirus. España. 16/03/2020                                                           



El silencio se ha hecho dueño de la estancia,
frío, febril, implacable.

Junto a la ventana
un mirlo misterioso,  escucha…
No hay sonido perceptible, no hay nada.
Rompe el vacío, aplaudiendo con sus alas blancas,
que se oscurecen al paso de la quietud,
obligada a permanecer viva.

La nube, asustada,
pregunta donde fue la magia del caminante,
el sonido de la lluvia acunando la tierra,
la balada bronca y acompasada al mismo tiempo.
Y… el crujir de una rama inclinada, para besar el suelo.

¿Qué fue de tanto canto?
Se han roto los acordes de aquellos pentagramas.

El hombre, está asustado.
Medita cada instante frente a su eternidad
el misterio que arrastra,  y… ordena el pensamiento,
junto a la oscura senda, que va pisando…                                 


                                                                             Mª Consuelo Relea Bores




1 comentario:

J. Javier Terán dijo...

Muy descriptivo tu poema, Consuelo; reflejo fiel de un momento y una situación concreta por la que estamos pasando todos. Y que, incluso hasta esas pequeñas avecillas que frecuentan cada día nuestras calles lo han sentido también; y como si ya no cantasen y estuviesen menos alegres que de costumbre. Y todo ello, a pesar de haber llegado la primavera, pero de la que nadie habla en estos momentos...
La esperanza que nos queda es que lo estemos haciendo bien y pronto recobremos todos la normalidad.
Abrazos.!