El sábado de las fiestas ,Consuelo nos deleito con la lectura de algunos de sus poemas.Aquí teneis alguno de ellos para que los recordéis los que estuvisteis presentes y para que los conozcáis los que no tuvisteis esa suerte.
Campesino de mi tierra…
(Poema en honor a mi padre y a todos los labradores
de Castilla. Año 1967)
Campesino de cien
años que en la montaña te sientas,
esculpiendo el horizonte
y dando paz a tus venas…
Veo tus cansadas manos,
llenas de amor, sin pereza,
que cuantos más años
pasan, más aumenta su firmeza.
Y… es que al hombre le
hace el tiempo, y con él, el tiempo medra.
Campesino de mi tierra,
de la castellana estepa,
gallardo, noble,
valiente, ¡hombre de sana entereza!.
Piel tostada por el sol…
Solo tu cuerpo abatido,
descansa de la faena.
Tu alma no está cansada,
porque la tienes serena.
¡Es tan grande el
horizonte! ¡Tan pequeñas las fronteras!,
que jamás le puso nadie
veto a su paso por ellas.
Todas las tierras son suyas, (aunque tenga
una y pequeña).
Cuentan los seres
vivientes, hazañas sin una guerra,
y… hasta los inertes
cantan haciendo un alto en su siesta.
Sin asomo de excepción,
hablan al sol de nobleza.
Y el hombre, ese
campesino de piel tostada, morena,
viendo la armonía que
existe entre otras cosas y aquellas,
a Dios le ofrece mil
gracias y a todo el que las merezca.
Porque al vivir en el
campo se contagia de pureza,
de armonía, de misterio,
de dulzura y… de paciencia.
Aunque valora el progreso
de las avanzadas ciencias,
a veces, se le oye hablar
explicándole a una estrella:
“No le tengo envidia a
nadie, puedo repartir grandeza”.
Otoño
¡Ay!,
otoño…
Que
nos sigues de prisa, despacio,
de
cerca, de lejos…
Se
otoñaron las sombras.
Se
otoñaron las luces, los versos.
Se
otoñó la memoria
a
través del espejo.
Se
otoñaron los ojos.
Se
otoñaron los besos…
Se
otoñó la palabra,
y
en silencio, te quiero.
Mi
guitarra
Hoy
llora mi guitarra, mañana canta.
Se
ha perdido en la noche, por la explanada.
No
te aflijas, mi niño, de madrugada
cantará
la guitarra, trinos al alba.
Hoy
llora mi guitarra, mañana canta.
Es
un espejo fresco donde se alcanza
a
mirar desde lejos la mar en calma,
al
sentir aires nuevos junto a la escarcha.
Hoy
llora mi guitarra, mañana canta.
Porque
el viento ha escuchado la voz del alma.
Del
alma de los otros que ríe y canta,
como
la vida misma, cual mi guitarra.
Mª Consuelo Relea Bores
3 comentarios:
Sentidos y muy apegados a la tierra, tus versos, Consuelo. Hablando de las personas cercanas, los campesinos, y su profesión mayoritaria: la agricultura. Abrazos.
Hola, es un homenaje poético a nuestros antepasados,
que se dejaron la piel en la tierra, para sacar a
sus familias adelante, en tiempos de subsistencia
básica, en una posguerra con miedos, sin dinero,
con cuatro tierras, trabajando de sol a sol, ah
y las mujeres, no se olvide,trabajando por dos...
Muchas gracias hermana.
Agustín Relea
Buena tarde para todos.
Gracias chicos, por vuestros comentarios.
Abrazos. Consuelo
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