lunes, 19 de septiembre de 2011

LA VENDIMIA



En esta época de vendimias os cuento nuestra experiencia :
La semana pasada estuvimos con unos amigos en Pozal de Gallinas ( Valladolid) al lado de Medina del Campo. Zona de vinos de Rueda y Verdejos. Estuvimos visitando sus viñedos y viendo la vendimia o recolección de la uva. Es interesante o a mi me lo pareció.
Son cepas de nueva plantación, preparadas para la recolección mecánica . Tenían distintas zonas; una ,que era la primera cosecha ,otra parte de segunda cosecha y otra ya en plena producción ,la de tercera cosecha. La vendimia se realiza por la noche, cuando la uva esta fria y se oxida más lentamente.
La cosechadora pasa por encima de la linea de cepas de forma que éstas queden en el medio de la maquina y mediante vibraciones y aire, la uva es absorbida y llevada a la tolva. En la tolva solo hay uva, sin rampojo ni hojas ni nada. Cuando la tolva esta llena lo descargan en remolques  especiales de acero para llevarlo a la bodega.
En cada bodega se encuentra el VEEDOR : Persona contratada por la denominación de origen Rueda, durante la vendimia para controlar que la calidad y cantidad de la uva entregada en la bodega cumpla con los requisitos minimos exigidos por el consejo regulador.
En las bodegas lo descargan a unas grandes bañeras de acero, que mediante sinfines lo distribuyen a distintos lugares de la bodega.
El primer mosto estaba buenisimo.
Las fotografias muestran las dos variantes de uva, la viura y la verdejo. La viura es del racimo apretado y la verdejo el más suelto. De la viura saldrá un Rueda y de la verdejo , un gran verdejo, en este caso un excelente Carrasviñas, de la bodega Felix Lorenzo Cachazo de Pozaldez.Si el mosto estaba buenisimo ,el verdejo bien frio, exquisito.
Sé que hay gente de Quintanilla que tiene viñedos; que nos comenten como vendimian y todo el proceso que lleva. 


                                                                                                                                   UPE

9 comentarios:

Tomás B dijo...

Como nos pide la amiga Upe yo comentare lo que recuerdo de Gozón que no seria muy diferente a Quintanilla.
Las cepas no eran estas que nos describe Upe, en espaldera sino las otras mas a ras de suelo, como supongo sean las quedan en Quintanilla. Se recogían con cestas de mimbre y luego se depositaban en unos cestos altos de mimbre también (no recuerdo el nombre)y se llevaban al lagar en carros y últimamente con los tractores.
Había la costumbre entre los jóvenes (chicos y chicas) de untarse con las uvas lo mas tintas posibles, esto era conocido como agarejos o lagarejos no recuerdo bien.
De niño cuando aun había escuela solíamos ir por algún racimo cuando venían con las uvas y luego cuando salia el mosto a beber un poco.
Quizás cometí algún error al describir la operación así espero que me corrijáis.
Un saludo de este de Gozón.

Javier dijo...

La vendimia en plan artesanal y familiar en aquellos años, creo que, de lo que yo recuerdo, Tomás lo cuenta con absoluta fidelidad a cómo se recogían en realidad las uvas en nuestros pueblos.
Llegaba mediados de octubre, o quizás antes, en torno al 12 de octubre, dependiendo de años, y el pueblo se revolucionaba con motivo de la vendimia. Se preparaban los útiles y todos subidos en el carro, chavales incluidos, que lo gozábamos de verdad, nos dirigíamos a la viña (majuelo en algunos sitios). Allí, agachados en torno a la cepa (pues éstas estaban a ras de suelo) se cortaban los racimos uno a uno y se depositaban en pequeños cestos de mimbre; los cuales, una vez llenos se descargaban en otros recipientes más grandes y muy altos, eran los famosos cuévanos, que se encontraban sobre el carro. Llenos ya estos últimos, se transportaban en el carro hasta el lagar; y a los chavales nos gustaba ir subidos sobre el carro en este camino hasta el pueblo.
Una vez aquí, llegaba el momento del pisado de las uvas para que saliera el mosto y depositarlo en las famosas cubas, toneles o carrales para esperar su fermentación y su transformación en vino, andando el tiempo, obteniéndose el famoso vino de cosecha “para pasar el año”...
Y a los chavales nos gustaba también probar ese primer mosto por su especial dulzor. De todo lo cual, guardábamos un perfecto recuerdo para el año siguiente.
Pero el proceso no acaba ahí, sino que los restos de los racimos que aún quedaban en el lagar, se entregaban a una fábrica especializada en este posterior proceso (creo que radicaba en la localidad palentina de Lantadilla, y que aún existe) para la obtención del famoso orujo, que en los meses de verano y en concreto en los momentos del acarreo madrugador, muchos agricultores tomaban su pequeño chupito para calentar sus estómagos antes de salir al campo a unas horas tan intempestivas.
Como veis, hemos comenzado hablando de uvas y vendimia y hemos terminado hablando de orujo…
Saludos. Javier.

Jesús dijo...

Tú si que sabes, Javier. Tan real como la vida misma... de entonces, claro.
¡¡¡CUÉVANOS!!!, Tomás. Apúntate el nombre de los cestos grandes a los que aludes, espero no se te olvide. Si bien tienes que apuntarte un tanto a tu favor cuando dices que a los chicos y chicas nos gustaba untarnos con las uvas, lo que no nos cuenta Javier, que seguro que tambien hacían en Velillas, seguro que por omisión involuntaria, y que yo añado que nos dejaban sobretodo la cara y las manos un tanto pegajosas, lo que hacía que tuvieramos que lavarnos las mismas unas cuantas veces con aquel agua tan fresca y cristalina, sin los cloros ni colorantes actuales. Con eso y todo, al día siguiente, al despertarnos, todavía las teníamos pegadas a las sábanas y sobre todo a la funda de la almohada de la cama... ¡qué tiempos! jeje.

Jesús dijo...

Por cierto, Upe, se me olvidaba. Al relato de tu experiencia de la vendimia, por mi parte le sobran comentarios, sencillamente me gusta, fotos incluidas, por supuesto. Enhorabuena.

Javier dijo...

Pues mira Jesús, te cuento: no he hecho referencia a ese aspecto de los “lagarejos”, porque, aunque parezca increíble, en Velillas no había costumbre de ello, así que no lo ví, no lo viví, por lo que no me sale contarlo. La gracieta en cuestión la he conocido tiempo después, bastantes años después; pero no en aquellos años. Saludos.

Jesús dijo...

Aclarado Javier. Yo sí que lo viví y recuerdo perfectamente el haberme pintado y pintarnos unos a otros con las uvas, de la misma forma que recuerdo lo pegajosa que se nos quedaba la cara y las manos como cuento en el comentario. Lo que ya me dejas en duda ahora es si estos recuerdos son de Quintanilla o de Villota del Páramo donde tambien ibamos a vendimiar de una forma similar en ambos sitios: traslado en carro a las viñas, recogida de la uva en cestos de mimbre que llevábamos a los cuevanos que estaban en los carros, traslado de estos al lagar, pisada de la uva y por supuesto esperar a que nos dejaran "degustar" el mosto. Ahhh y tambien untar el pan con las mismas uvas, como luego hemos merendado pan con vino y azucar. Es más, creo que lo untábamos porque ya no nos cavían en el estómago más uvas de las "panzadas" que nos dábamos comiendolas mientras vendimiabamos.

Lourdes y Jesusa dijo...

Jesús te puedo asegurar que tus recuerdos de los lagarejos pueden ser de Quintanilla ya que mi madre, Jesusa, recuerda como el joven mas decidido comenzaba a manchar la cara de las chicas con uvas negras, llamadas tintorras, aquí puntualiza que las chicas nunca tomaban la iniciativa pero si se unían a la fiesta una vez empezada.
También recuerda el traslado en los carros de los cuévanos al lagar, últimamente el de mi tío Pablo, como pisaban los hombres las uvas, lo bueno que estaba el mosto, como llevaban el vino a casa y lo conservaban sin tapar hasta que terminaba de fermentar….
Del orujo nos cuenta que al que tenia poca viña le podía corresponder una sola botella y que la repartían en dos partes una para “arreglarlo” con café y la otra con azafrán transformándose en las bebidas para la fiesta de San Andrés.
Jesusa y Lourdes.

Jesús dijo...

Lourdes, si lo dice la Jesusa, la señora Jesusa, jeje, o sea, tu abuela, no hay más que discutir: mis recuerdos son de Quintanilla, como recuerdo las viñas en la ladera del monte o las de la carretera de Saldaña a Osorno, no me atrevo a decir los propietarios por si me confundo... pero si te digo que van los tiros por las de la Sra. María, el Sr. Demetrio, etc... ¿a que no voy mal encaminado?. Y de que alguno de los lagares, la mayoría, estaban en la zona de las bodegas, creo que por ahí tambien voy bien encaminado. Por supuesto que me acuerdo, me faltan detalles como el del orujo, pero claro tampoco tenía edad como para ello; eso sí, del dulce sabor del mosto sí puedo dar fe.
Pero, para información de todos, los recuerdos que tengo de Villota, aunque fuera más pequeño, tambien son buenos en cuanto a constumbres y afectividad, pues ambas VENDIMIAS eran muy parecidas.
Un beso muy fuerte SEÑORA JESUSA.

Jesús dijo...

Huuuuyyyyyy, que fallooooo!!!!! Una vez publicado el comentario se me ha ocurrido volver a leerlo y me he dado cuenta que digo que la señora Jesusa es la abuela de Lourdes. ¡¡¡¡ Perdonadme las dos !!!! de sobra sé que sois madre e hija.
Vaya fallooooo, me perdonais, ¿no?
Un besazo para las dos, bueno... uno para cada una para que no tengais que repartirlo y os toque a más. jajaja.