domingo, 10 de febrero de 2019

El apasionante mundo de las legumbres


Desde el pasado 20 de diciembre de 2018, cada 10 de febrero es el Día Mundial de las Legumbres. La Fundación Global Nature (FGN) pretende destacar la importancia que estas humildes plantas tienen para el beneficio socioeconómico, la diversidad del paisaje y la conectividad ecológica. Su consumo representa un apoyo al sector agrario, pues protegen las aves esteparias (sus poblaciones tienen una vinculación estrecha con los paisajes agrarios uniendo sostenibilidad y rentabilidad).

De la importancia de las legumbres en nuestro entorno nos habla la existencia de la Alubia de Saldaña, de gran renombre y con feria propia cada mes de octubre. Existen más de diecinueve mil especies de leguminosas repartidas por casi todo el mundo que conforman más de setecientos géneros botánicos.

La ingesta recomendada: de 2 a 4 raciones de legumbres por semana. Por ración de legumbres se entienden 70 g en crudo (1 plato normal individual de legumbre cocida). Las legumbres proporcionan proteínas, minerales (calcio, hierro y magnesio), vitaminas del grupo B y
tienen un contenido elevado en fibra e hidratos de carbono.

Las leguminosas, que forman sus raíces en forma de unas estructuras especiales, son el principal grupo de plantas capaz de fijar nitrógeno del aire en las raíces y transferirlo al suelo. El nitrógeno es parte de la alimentación básica de las plantas, por lo que al utilizar leguminosas reducimos la cantidad de fertilizante y beneficiamos al suelo. Estas plantas crecen con rapidez y ciertas especies son empleadas como ‘abonado en verde’. El sistema radicular (raíces) alcanza gran profundidad, contribuyendo al sostenimiento de las plantas y formando espacios en el suelo para aire y agua.

Las estructuras que forman las raíces son debidas a la interacción entre planta y unas bacterias (beneficiosas) que fijan nitrógeno atmosférico, al crear una simbiosis con las plantas.

Para millones de personas en todo el mundo, las legumbres son las fuentes de proteínas y aminoácidos de origen vegetal para una dieta saludable. Por si fuera poco, el cultivo de leguminosas es básico para la preservación de la biodiversidad y el medioambiente, por sus propiedades fijadoras de nitrógeno que aumentan la fertilidad del suelo. Necesitan poca agua, lo que las hace resistentes a heladas y sequías, y su huella de carbono es de las más bajas entre los cultivos.


Carlos Pérez





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