Ahí van estas fotos( de escasa calidad) no para
daros envidia, si no porque, estando en este trance, me han venido a la mente,
y quiero compartirlos con vosotros, aquellos tiempos ya lejanos de nuestra
infancia en los que en ninguna casa faltaba “la matanza” que, no se vosotros,
pero yo los recuerdo con una mezcla de rechazo,
por lo que suponía aquel día en el que los gruñidos desgarradores de los
“gochos” llenaban el aire helado de la
mañana que se colaba en la casa y en el cuerpo, unido a aquel olor a sangre y a
chamusquina, y, por otro lado, de entusiasmo, porque era un día festivo al que acudían familiares y
amigos, que toda ayuda era poca, lleno de algarabía, de voces y risas y luego
estaba la “ picatuesta” en la que, después del trabajo de todo el día, se comía
ya la morcilla y el mondongo, se cenaba
en abundancia, y las historias, chistes
y alguna que otra partida de cartas llenaban las horas de alegría.
Pues para recordar a
aquellos viejos tiempos y perdida ya esa tradición, al menos en nuestro pueblo,
se nos ha ocurrido hacer, con la
experiencia de quienes lo hicieron tantos años, estas hermosas longanizas que
espero que estén tan buenas como la pinta que tienen y de las que daremos buena
cuenta no tardando mucho.
Raquel
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