viernes, 14 de noviembre de 2014

Un pequeño paso …



Hace 45 años el hombre pisaba la luna por primera vez; el acontecimiento más importante después de aquella hazaña ocurrió el pasado 12 de noviembre.
Ciertamente se han lanzado más de 6000 satélites al espacio, se han colocados varios vehículos en el planeta Marte, Venus y satélites de Saturno, e incluso hay ya dos sondas fuera del Sistema Solar: eso es llegar lejos. Pero todo eso es técnica y científicamente “pan comido” comparado con aterrizar en un cometa de 4 km de tamaño situado cerca del planeta Júpiter: y lo vimos en directo; bueno “casi” porque la señal tardaba media hora en llegar, dada la distancia astronómica  a la que esto estaba ocurriendo.


Veamos el periplo seguido para tal hazaña: hace ya 10 años se lanzaba la sonda Rosetta desde la Tierra. Durante 10 años estuvo “dando brincos” entre planetas y asteroides e incluso varios años en hibernación, y llegó por fin a un cometa que podría calificarse de “pedrusco”, para orbitarle y dejar caer otra sonda, llamada Philae, más pequeña sobre su superficie. Philae pesa 100 kg en la Tierra pero tan solo 100 gramos sobre el cometa: vamos, como dejar caer una pluma desde una distancia de 22 km. Por cierto, que lleva arpones para clavarse a la superficie y poder taladrar el suelo para estudiarlo. Y todo eso con la tecnología de hace más de 10 años. En nuestra casa no tenemos estos ordenadores porque ya los hemos tirado a la basura por obsoletos.


Y esto… por qué es importante?
Los cometas son los cuerpos más interesantes del sistema solar porque son la materia prima inalterada con la que se formaron los planetas: un excelente laboratorio para analizar los materiales del origen de la Tierra. Además, transportan sustancias orgánicas de gran interés y que muchos científicos piensan podrían ser la semilla de vida en otros lugares del espacio. Sin duda, esta semana el hombre ha hecho historia. Muy prometedores los próximos meses para avanzar, a pasos agigantados, en el conocimiento más básico.


Las tres fotografías.
1.       La primera imagen es un “autorretrato” de Rosetta, la nave principal, con el cometa al fondo (un selfie según los ingenieros de la ESA).
2.       La segunda foto es Philae (la pluma de 100 kg en descenso) tomada por Rosetta, que se queda orbitando.


3.       La tercera es una foto de Philae, ya posado sobre la superficie y tomada por Rosetta.







                                                      Abel





1 comentario:

Florentino Lerones dijo...

Hay que dar las gracias a Abel.
Que un científico nos explique a los que andamos escasos de esos conocimientos hechos de esta relevancia, y que, además, consigamos entenderlos y valorarlos es digno de agradecer.
Un saludo,
Tino.