Recientemente, el popular dibujante y arquitecto Peridis se ha
manifestado a favor de que el micromecenazgo sirva para restaurar el
patrimonio, con lo que se crearía empleo en el medio rural. Por eso hace falta
una nueva legislación de mecenazgo que contemple verdaderas exenciones fiscales
para la conservación del patrimonio.
Mientras un ley que haga más fácil el micromecenazgo llega, ya
se pueden hacer cosas de interés: desde ayuda humanitaria, restauración de un
monumento a dotar de servicios de telecomunicaciones mejores a una localidad
pasando por la creación de una pequeña empresa o cooperativa.
Marco
legal
La ley española de mecenazgo (Ley 30/1994), modificada por Ley
49/ 2002, no está concebida para impulsar la financiación de masas. No hay
ventajas fiscales para los donantes, ya que no se prevé el micromecenazgo, que
se considera una acción de compraventa, el artista o emprendedor que recibe el
apoyo debe pagar el 21% de IVA. El
Europarlamento no ha legislado a favor de esta financiación que se mueve con el
soporte de mucha gente sin afán lucrativo.
La mayoría de las plataformas de financiación disponen de
un mecanismo de seguridad que hace que
si el objetivo económico del proyecto no se consigue en el plazo requerido las
donaciones se devuelven a los donantes. Otras plataformas que usan un sistema
en el que el público apoya directamente la labor de los demás haciendo
donaciones a través de internet.
Pero,
¿qué es el micromecenazgo?
El micromecenazgo es la cooperación, atención y confianza colectiva
de individuos que trabajan juntos e invierten dinero en otros recursos
conjuntamente, habitualmente vía internet, para dar apoyo a los esfuerzos que
han comenzado otras personas u organizaciones. Está basado en
"donaciones", que son auténticas
inversiones, ya que detrás suele existir una "compensación"
económica, en caso de que se puedan generar beneficios o participaciones de la
empresa, o, la más habitual, simbólica, que consigue los mecenas para la
compensación propuesta.
Un ejemplo de este retorno no monetario lo ofrecen artistas que
dan la opción de poner el nombre de los micromecenas a las obras o a los
agradecimientos de un disco, película o exposición, regalan entradas u ofrecen
privilegios como asistir a la grabación de una canción o una sesión de rodaje a
cambio de una aportación elevada. Los proyectos que recurren a lo emocional
acostumbran a tener mayor éxito.
El emprendedor que quiera usar la financiación en masa
frecuentemente usa las comunidades virtuales para solicitar donaciones de pequeñas
cantidades de dinero.
La solicitud también puede consistir en un préstamo,
microfinanciación, o en algún tipo de inversión en capital social.
¿Qué
condiciones requeridas?
Lo más frecuente es que los proyectos sean aceptados por los
administradores de las compañías de micromecenazgo que solicitan creadores
responsables, con proyectos de calidad y dispuesto a sacarlos adelante. Si el
proyecto recibe la aprobación, se publica, se publicita y se esperan los
resultados. El emprendedor se compromete a sacar adelante el proyecto
específico y a no usar las cantidades recaudadas para otros objetivos.
Si se logra la cantidad demandada en el tiempo previsto, el
proyecto saldrá adelante. En caso contrario, el emprendedor no se quedará con
la parte de dinero que ya hayan aportado, sino éste se devolverá a los mecenas.
Si se supera la cantidad demandada, ésta se entregará al autor del proyecto
íntegramente una vez descontadas las comisiones de la empresa de micromecenazgo
y los impuestos.
Un proyecto de micromecenazgo es también una buena manera de
sondear el interés de la propuesta por parte del público al que irá destinado
el producto o el servicio.
Por Carlos Pérez
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