Lima, 30 de septiembre de 2013
Queridos
vecinos y amigos de Quintanilla:
Os envío mis saludos y recuerdos desde
Lima, a donde llegué el 7 de septiembre, todavía con el eco de la fiesta de
agosto en la que me despedí de todos vosotros. Espero que os encontréis todos
bien.
Me imagino que ya estaréis preparando con
todas las ganas e ilusión el programa de San Andrés que, al igual que la fiesta
del verano, es una gran ocasión de encuentro y convivencia festiva y alegre para
todos vosotros. ¡Ya me gustaría estar ese día! Ya que no puedo, al menos me
haré presente con esta carta.
He llegado bien al Perú; llevo tres
semanas tomando contacto con esta realidad y poniendo en orden los documentos
que se exigen en este país. La próxima semana ya iré a mi destino, que es una
parroquia que tenemos en una zona marginal de Arequipa en el sur del país y que
es la segunda o tercera ciudad más grande del Perú. La parroquia se llama El
Buen Pastor y tiene media docena de iglesias-capillas en los diferentes
barrios; la población de la parroquia, por supuesto, es de muchos miles de
habitantes. Os prometo enviaros datos más concretos e informaros mejor cuando
llegue.
Una de las primeras cosas que he querido
hacer al llegar a Lima, has sido visitar a la familia al niño que elegimos este
año: JOAQUÍN DÁMASO CONTRERAS de 7 años, y del que os hablé en la misa de
agosto. Lo he hecho en compañía de la catequista que descubrió esta familia tan
necesitada. Os mando fotos y una carta de su madre en la que os agradece la
ayuda y explica un poco sus necesidades. Voy a contaros algo más de ellos.
Viven en la periferia sur de Lima
(distrito de Chorrillo) en la ladera de un monte, todo de roca. La situación es
verdaderamente lamentable. Lo primero que me he dicho al conocerles es ¡qué difícil es ayudar a los que más lo
necesitan cuando ellos no ponen de
su parte ni lo más mínimo! Os explicaré el por qué.
La familia (7 niños y 2 adultos) vive en
una casita de madera con el suelo de cemento que les ha construido la parroquia
y que tiene una única habitación de 4 mts por 2,5 donde hay unas literas, un
infiernillo (cocina de petróleo) viejo, y unas cajas de cartón; nada más; la
habitación sirve de todo: dormitorio y comedor, aunque sin mesas ni sillas;
todo se hace encima de las camas. La habitación, tenía todo el suelo lleno de
basura. Fuera tienen más terreno, y es donde tienen una letrina muy primitiva y
algunos trastos inservibles. ¡Ah!, también tienen un par de perros que no
tienen más que el pellejo, y, por la pinta, un montón de enfermedades. ¡Pobres
perros y pobres niños que los tienen encima todo el día!
Al padre es difícil encontrarle en casa.
Hemos hablado con la madre y nos ha dicho que los chicos no estaban yendo al
colegio porque estaban enfermos; hemos preguntado en el colegio y nos han dicho
que no van casi nunca y cuando van no se comportan bien; además deben varias
cuotas que aquí tienen que pagar incluso en los colegios públicos. También
deben al comedor popular donde recogen algo que comer. Hemos hablado con las
mujeres del comedor, y nos han dicho que les podrían ayudar más si colaborasen
con el trabajo como otras socias, pero la madre no lo hace (en parte se
comprende porque tiene que atender a los niños más pequeños).
Como veréis es gente muy pobre, pero que
tampoco sabe poner de su parte lo que le corresponde. Hemos decidido usar la ayuda
vuestra de manera que se la condicionemos a que pongan de su parte lo necesario
en el colegio, en el comedor y en sus obligaciones con la comunidad vecinal,
como es el caso del agua y desagüe que están empezando a instalar. Como veréis
es realmente difícil porque además de
ayudarles, sobre todo hay que educarles. Por eso, no les podemos entregar
el dinero a ellos, sino que estamos pagando las deudas del proyecto del agua y
desagüe (200.- dólares como cada vecino), del comedor y del colegio a partir de
marzo cuando comience el nuevo curso (los niños ya han perdido el curso).
Gracias a Dios, hay gente de la capilla más cercana que dedica tiempo para
visitarles y motivarles, convenciéndoles de la necesidad de que los chicos
vayan al colegio y que los padres sean más conscientes y responsables.
Hasta ahora se han gastado 300.-€ de los
515.-€ que disteis en la colecta de agosto. También se les ha comprado un
recipiente de plásticos grande para el agua, una manguera, una mesa y unas
sillas. Lo que queda servirá para pagar las cuotas del colegio, material
escolar y la alimentación del niño
JOAQUÍN, que tiene 7 años, durante todo el próximo curso.
Espero que la realidad que os describo
no os desanime. Al contrario, que os animéis más a echar una mano dándoos
cuenta del doble objetivo que podemos conseguir con el dinero: ayudarles y
educarles para que salgan de su postración económica y se integren en la
educación de los hijos y en la vida de la comunidad vecinal.
Bueno, por hoy me despido. Os recuerdo a
todos con mucho cariño. Recibid un abrazo todos vosotros, especialmente los
mayores. Seguiré contándoos cómo me va en mi nuevo destino, y yo estaré muy
atento a la vida del pueblo a través del blog que espero no descuidéis. Hasta
pronto.
En las fotos podéis ver el entorno de la casa donde viven, sus hermanos menores, y otra foto con su madre.
Conrado Franco
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